Fracaso escolar

    La deficiencia escolar es el hecho de no lograr el título académico mínimo obligatorio del sistema educativo. No debe confundirse con el abandono escolar temprano, indicador que también incluye a quienes terminan la educación obligatoria con aprovechamiento, pero no siguen estudiando (en el caso español el abandono escolar incluye a quienes fracasan en la Educación Secundaria Obligatoria y además, a quienes logran el título y no estudian FP, Bachillerato o cualquier otro tipo de enseñanza).

    La expresión «fracaso escolar» ha sido cuestionada debido al agravio que implica, pues parece señalar que quienes no alcanzan un título educativo se están convirtiendo en personas fracasadas. Además, parece llevar la responsabilidad sobre el logro educativo hacia los estudiantes, no teniendo en cuenta que el éxito escolar es un proceso en el que, aparte de los estudiantes, también intervienen los profesores, la gestión de los centros educativos, las autoridades educativas, las políticas educativas y las familias. Por ello se han propuesto eufemismos y perífrasis, como «alumnos que abandonan el sistema educativo sin la preparación suficiente», pero por ser más largas y novedosas no son tan informativas como la propia de fracaso escolar.

    CAUSAS

    El fracaso escolar es un fenómeno que no responde a una única causa, e incluso puede verse motivado por varias de ellas al mismo tiempo. Cada alumno es un caso particular, y su nivel de rendimiento académico puede estar determinado por infinidad de factores. Algunas de ellas podrían ser:

    1. Dificultades propias del estudiante: En cuanto a a estas dificultades suelen ser propiciadas por problemas cognitivos o problemas motivacionales. Algunos de los casos en fracaso escolar suelen estar asociacioados a problemas como la dislexia, el déficit de atención o la hiperactividad del alumnado. Es fundamental detectar estas causas a tiempo, para que el alumno no empiece a descolgarse del ritmo de sus compañeros. Si no se hace, se pueden incluso dar diagnósticos erróneos que pueden estigmatizar al niño, como "eres un vago" o "no vales para estudiar". Los niños al igual que los adultos necesitan tener una motivación que les impulse a esforzarse. Si se aburren, no se querrán esforzar ni verán el sentido de las clases. Este podría ser, por ejemplo, el caso de los alumnos con un alto coeficiente intelectual, que suelen perder rápidamente el interés, ya que su capacidad va muy por delante del nivel que se da en el aula. Además, la depresión y la baja autoestima, que suelen darse con frecuencia durante la adolescencia, también pueden afectar de forma importante al rendimiento del alumnado.
    2. Fallos en el sistema educativo: Suele decirse que el sistema educativo no ayuda precisamente a muchos alumnos a tener un mejor rendimiento en sus notas. Reducir los altos índices de fracaso escolar en España (es el país de la UE con mayor tasa de abandono, con un 24'9%) ha sido siempre un objetivo de los sucesivos gobiernos, que han ido aprobando hasta el día de hoy distintas leyes de reforma del sistema educativo, sin que haya dado con la clave definitiva.

      El docente, es uno de los más importantes, si no el que más. Una persona que tenga unos amplios conocimientos de su parcela, y que además sea capaz de motivar e implicar a su aula, puede ayudar a los más rezagados a reengancharse al ritmo del resto y a aumentar su autoestima.

    3. Causas socioeconómicas:

      Hay estudios oficiales que revelan una relación directa entre el nivel socioeconómico de las familias y el rendimiento de los hijos en la escuela. En muchos casos la falta de apoyo en casa o de dinero para continuar los estudios medios y superiores hace que los alumnos no den lo mejor de sí mismos o que abandonen antes de tiempo su etapa formativa. Estos colectivos de alumnos son los que más directamente dependen de la inversión pública en educación para lograr unos rendimientos óptimos.

    4. Problemas conyunturales: Las personas tenemos altibajos a lo largo de diferentes etapas de nuestra vida. Baches anímicos, acontecimientos externos que nos marcan negativamente, o incluso situaciones de acoso escolar (el conocido como bullying).

      A veces no son más que períodos pasajeros que no suponen más que pequeños tropezones que se arreglan en poco tiempo, pero otras veces marcan más de lo deseable el aprendizaje. Sobre todo en los casos de acoso es muy importante que padres y profesores lo detecten pronto y adopten las medidas adecuadas.

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